Un 4 de mayo pero del año 1949, una nueva tragedia en la historia de la aviación y del fútbol Internacional repercutía en todo el mundo. El plantel profesional del Torino de Italia, junto a sus dirigentes, periodistas allegados y la tripulación del vuelo fallecerían tras accidentarse el avión en el que se trasladaban de regreso de Lisboa, luego de disputar un encuentro amistoso frente al Benfica de Portugal.
A modo de ayuda y como muestra de empatía y solidaridad, del otro lado del océano, el Club Atlético River Plate se ofrecería para jugar un partido amistoso con el fin de recaudar dinero para la familia de las víctimas. Por aquel entonces, el presidente del club argentino era Antonio Vespucio Liberti y fue quien tuvo la particular idea de disputar un encuentro entre ambos clubes y así poder donar lo recaudado a los allegados de las víctimas del trágico accidente aéreo. Lo curioso de aquel encuentro es que el primer plantel de River viajó para disputar el encuentro a Italia, debiendo ser reserva del club argentino la que disputara el encuentro correspondiente al torneo local.
Recibida por el Papa Pío VII tras un paso por el Vaticano, la delegación «Riverplatense» llegó a Turín y, como primer escala, visitó el cementario local para dejar una ofrenda floral a las víctimas. Claro está que el encuentro, disputado casi 3 semanas después, tuvo como protagonistas a River Plate y a un conjunto de jugadores italianos que representaron a «Torino Símbolo», un equipo formado a modo de homenaje.
Finalizado el encuentro con un resultado por 2-2, comenzó una gran amistad entre ambos clubes que se mantiene hasta el día de la fecha.
